Educación “patito”
Samuel Cepeda Tovar.
El dato es verdaderamente alarmante, en México existen más de mil 100 instituciones de educación superior privadas, pero sólo 74 de ellas comprueban su calidad académica.
Las universidades “patito”, han observado un boom exponencial en los últimos años, “abusando” de las facilidades que otorga el internet a través de la educación online. El simplismo con que operan estos institutos se traduce en licenciaturas o posgrados con tiempos bastante reducidos en cuanto a duración de programas en comparación con universidades públicas. Así mismo, la calidad de los criterios para evaluación del desempeño de los estudiantes es bastante ligera.
De igual manera, estos centros educativos dejan de lado factores importantes de los institutos de educación superior como lo son la investigación académica y el fortalecimiento de la planta docente, dedicándose exclusivamente a obtener ingresos y a arrojar egresados saturando el mercado laboral con individuos de dudosa formación profesional.
Muchas de las ofertas educativas presentadas por estas universidades han provocado en la actualidad sobresaturación crítica, según información de la ANUIES. Al respecto, cada año aparecen más de 800 programas de licenciatura nuevos impartidos por estas universidades light.
Muchos de estos institutos de estudios superiores, encuentran la supervivencia mediante el reconocimiento de la SEP a través del RVOE (Reconocimiento de validez oficial) en alguno de sus programas académicos, sin que dicho reconocimiento se extienda a sus demás programas, es decir, logran el reconocimiento de una licenciatura y con ello difunden que todos sus programas profesionales y de posgrado poseen el reconocimiento del RVOE.
Hace no muchos años, poseer estudios profesionales era una puerta hacia una mejor calidad de vida, lo que permitía el engrosamiento de la llamada clase media, no obstante, la saturación de profesiones y las tasas de desempleo han cerrado esa puerta y ahora ya no es condición de mejora en la calidad de vida.
Al respecto, en nuestro país, según datos del INEGI en su medición de 2015, en México hay 953 mil 269 personas desempleadas con grados de educación media y superior, lo cual representa que estas personas con altos niveles de educación suponen ser el 42.5% del total de desempleados en México.
Desde luego que nuestro sistema económico con un crecimiento del 2% anual no se traduce de ninguna manera en la creación de nuevos empleos, sin embargo, gran parte de la culpa del desempleo de muchos profesionistas recae directamente en la saturación del mercado producto de la facilidad con que cualquiera pude crear su propia universidad y entregar licenciaturas y posgrados con extrema facilidad ante la permisividad de la autoridad educativa que no establece criterios o filtros cualitativos a estos institutos que lastiman el mercado laboral de profesionistas en una nación que de por sí bastantes obstáculos posee en cuanto a calidad educativa en todos sus niveles.
Ya lo decía acertadamente Philip G. Altbach del Boston College: “Si permitimos que proliferen las pseudouniversidades por doquier, la educación superior se verá devaluada y estará cada vez más sujeta a presiones de competitividad que, inevitablemente, destruirán una de las instituciones más valiosas de la sociedad”.
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